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''Rockstar'' Diego Mancusi

Publicado por Contact♥♥, 11 de Diciembre de 2014, 01:47:26 PM

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Contact♥♥

Diego Mancusi presenta su libro "RockStar"


El periodista hace una mirada del rock con sarcasmo. Señala la pose de este género, esa que pretende vendernos inmadurez por bohemia, estupidez por libertad de espíritu, tribuneo por rebeldía e insulto por valentía.



En tiempos en los que las claves del éxito se buscan, ya no en nuestro interior, sino en la batea de Autoayuda de las librerías, Diego Mancusi intenta no quedar afuera de esta lucrativa tendencia con RockStar, su primer libro, que presentará en la Plaza de la Música el próximo sábado a las 19.Claro que su target no son las señoras recién divorciadas ni los ejecutivos estresados, sino más bien los aspirantes a esa profesión imposible llamada "estrella de rock sudamericana", que flashea limusina mientras mastica triples de paleta y queso.Con tapa de Gustavo Sala y texto de contratapa de Andrés Calamaro, RockStar es un manual con cincuenta factores con los que todo artista debe lidiar si pretende alcanzar el ansiado nirvana del dinero y la fama: las drogas, los periodistas, los fans, el twitter, las y los groupies, la espiritualidad, el peinado, la novia del cantante, etc. Casos de estudio, consejos, diálogos ilustrativos, anécdotas reales (con nombres cambiados para no ofender a nadie, pero igual se nota) y todo lo necesario para convertirte en el David Bowie de la zona oeste, pero sin el garrón de tener que hacer canciones geniales.El circo del rock se nutre de nuestra inocencia. Gracias a ella, un cuarentón cantándole sobre "cambiar el mundo" a pibes de 16 años se vuelve un bastión de la contracultura y un reventado sin talento discernible se convierte en un creador excéntrico. Desde el sarcasmo (y también, por qué no, desde la autocrítica), RockStar busca señalar la pose del rock, esa que pretende vendernos inmadurez por bohemia, estupidez por libertad de espíritu, tribuneo por rebeldía e insulto por valentía.Mancusi responde a todas las preguntas del imaginario satírico roquero. Si puede es porque se conoce a sí mismo y se reconoce como animal de rock, parte de la fauna de nuestro universo de glorias y miserias que también nos resulta un aceptable motivo para seguir viviendo.Diego Mancusi nació en Avellaneda, Buenos Aires, en 1979. Es periodista especializado en música. Colaboró en Clarín, Tiempo Argentino, Crítica, revista La Mano, Rock & Pop TV, Much Music, el ciclo Elepé emitido por La TV Pública, FM Rock & Pop, Radio UBA, etc. Actualmente conduce el programa Nunca Lo Sabrán por Nacional Rock 93.7 y escribe en Rolling Stone Argentina. Fue autor del blog Pop Life, en la web de Rolling Stone.


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Escuchá el podcast y participá por dos copias de Romantisísmico de Babasónicos
Ojo porque se vienen un montón de cosas cero graciosas que no le importan a nadie. Están avisados.
Si leen RockStar desde hace un tiempito, habrán notado que no soy muy amigo de la primera persona del singular: casi siempre acá se habla de "ofrecemos", "proponemos" o "definimos" aunque todo haya salido de la mollera de este demente que hoy les escribe esto. Pasa que me resultan antipáticos los egotrips: me gusta cuando lo que se destaca es el texto y el autor pasa más o menos desapercibido. Pero hoy que estamos bajando la persiana bánquense, por favor, un breve pavoneo del yo. Porque lo que me surge al ver el número 50 en el post de ayer se sintetiza en una sola palabra: pude. La idea de este blog se me ocurrió un domingo a la tarde, tirado en la cama, contando monedas porque la mano venía complicada. Ahí nomás agarré un cuadernito e hice un listado de cincuenta tópicos que habría de tratar (algunos los respeté, otros fueron reemplazados por otros que aparecieron sobre la marcha). La gente de Rolling me lo aprobó, y todo parecía sencillo y llevadero. Todo... hasta que hubo que ponerse a hacerlo, claro.
Por eso digo que pude. De la calidad de mi trabajo no hablo, ustedes sabrán, pero sí del esfuerzo que me demandó. Escribir posteos diarios de no menos de 5 mil caracteres, buscándole la vuelta para no repetir formatos (habrán visto que hubo tests, diálogos, cuadros, Elige tu Propia Aventura, listados, etc.), y más cuando uno no se dedica exclusivamente a esto sino que tiene otros tres trabajitos más, es agotador: de ahí que me hayan leído en alguna red social prometiendo solemnemente no volver a hacer un blog (salvo que aparezca un container de tarasca, es más que obvio). Sí, ya sé que hay gente que hombrea bolsas en el puerto a las seis de la mañana, pero te juro que la cabeza igual se te achicharra.
Pero pude, decía. Logré reunir a una comunidad divertida e inteligente, que reventó el visitómetro de Rolling y dejó BOCHA de comentarios cuando la intelligentzia multimediática dice que los blogs ya fueron, que no los lee nadie, que ahora la posta es el Twitter y el Pinterest y qué se yo. Cuando veo la calidad de gente que se junta alrededor de lo que escribo, siento que algo bien debo estar haciendo. Lo mismo cuando veo cómo son y qué piensan los que me aborrecen.
Yo venía de hacer otro blog, Pop Life, que duró dos años y tuvo su buena repercusión. Y acá hay otro pude: pese a las inevitables coincidencias porque el autor es el mismo, RockStar no fue una remake ni una secuela. Hemos abandonado patos mesías, bretmichaels y meganfoxes y nos hemos abocado a otro imaginario, más terrenal. Lo que antes era absurdo ahora pretendió ser sarcástico: si se logró, lo dirán ustedes.
Por todo esto es que miro la lista de los cincuenta posts y ni yo lo creo, así que repito: pude. No hace falta ni que diga que si pude fue porque ustedes me acompañaron: eso ya lo saben, y se los agradezco y los invito a un asado a todos (disclaimer: no hay asado). Pero bueno, déjenme jactarme un poquito de lo que pasó acá en los últimos meses. Hacer este blog costó mucho, muchísimo. Pero salió bien y lo disfrutamos (casi) todos.
De nuevo, pila de gracias por leer, comentar, recomendar, retuitear, difundir. Hasta acá llegamos. Seguimos en contacto por Twitter y Facebook, si les pinta. Y en cuanto a los consejos rockstarianos: no sean giles, por favor hagan todo lo contrario, que de estos aparatos ya tenemos bastantes. Un abrazo y sacrificio y rocanrol para todos.Autor: Diego Mancusi
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Aca les dejo un relato que cuenta la historia de Horacio, un pibe de 17 años que quiere volverse la nueva estrella del rock sin importar que tenga que hacer para conseguirlo. Sacado de http://www.rollingstone.com.ar/

Primer capítulo:

Horacio tiene 17 años y un sueño: ser un rockstar, de esos que viajan en limusina, paran en los mejores hoteles, usan y tiran a sus groupies como si fueran pañuelos descartables y cada tanto graban algún que otro disco. Pero la cosa no le resulta sencilla. En primer lugar, tiene la mala suerte de ser extremadamente feo, pero no "feo pintoresco" como Adrián Dárgelos o la gorda de The Gossip, sino "feo feo"... "feo impresentable", podríamos decir. Segundo, carece de todo tipo de talento. Y por último, no creció en una familia con formación artística ni intereses musicales: sus padres, Hilda y Héctor, no son capaces de distinguir a Perales de Manowar, y cuando Horacio les comentó que quería un ukelele, le compraron a Joseph Ukelele, marcador de punta de origen nigeriano que Ferro dejó libre tras una paupérrima performance en el Apertura. Todavía lo tiene tirado en algún rincón de su habitación.

De todos modos, Horacio suple sus deficiencias con obstinación. Decidido a triunfar en el mundo del rock, consideró que el primer paso en su carrera al estrellato debía ser aprender a tocar un instrumento. Así, pasó por decenas de profesores de todos los renombres y aranceles, los cuales indefectiblemente chocaban contra su total falta de pericia. Desahuciado por docentes tan disímiles como Leo Masliah, Leo García y Leo Mattioli, el muchacho decide valerse de su último recurso: un enigmático aviso en Segundamano con la foto de un anciano de largos cabellos blancos que prometía enseñanzas musicales diversas en las lejanas e inexploradas tierras de Quilmes.

Tras dos largas horas sobre el 159, Horacio se apresta a tocar timbre en aquel caserón cubierto por la bruma anunciado en la revista, pero justo antes de que su dedo índice haga contacto con la perilla, el anciano de largos cabellos blancos abre la puerta súbitamente y le dice "te estaba esperando". "Mi nombre es Willie Quiroga", dice, "y tú serás mi nuevo aprendiz".

Anonadado, el joven se arrodilla a los pies de su maestro, mientras estalla en llanto y le hace reverencias. Willie, en tanto, le dice que deje de hacer pelotudeces y le pide 150 mangos por adelantado. Horacio acepta y se sienta en un cajón de soda en el patio, mientras el sensei le imparte su primera lección: "Joven Padawan, para llegar al éxito tienes dos alternativas: puedes elegir el Modelo Rocanrol que ha llevado a la cima a bandas como La 25, Hijos del Oeste y demás, o puedes elegir el Modelo Spinettiano, concebido personalmente por el Flaco. Tú dirás qué te dicta el corazón".

Segundo capítulo:

Las palabras del maestro abrieron una vieja herida en Horacio, como un Ginsu que se pasea, de ida y vuelta, por la fenecida (pero doradita) masa muscular de un noble cacho de vacío. Así, la volvió a ver en su recuerdo, con su flequillo azabache, su dentadura incompleta pero bastante pasable, su hirsuto entrecejo, su musculosa batik... Zulema, la chica de sus sueños, le rompió el corazón yéndose con el baterista de La Perinola, banda rocanrolinga de su Recoleta natal. Por eso, no lo dudó un segundo: feo e inútil podría ser, pero nunca chabón. El modelo a seguir sería el spinettiano.

Horacio no se intimidó cuando Willie le mostro la lista de acordes que debía aprenderse para seguir ese camino: mientras que la del rocanrol tenía tres, la del Flaco tenía 9.487, más un addendum de tonos que sólo podían hacerse tras el injerto de un sexto dedo en la mano izquierda. Por ejemplo, el Fa Sostenido Menor Disminuida Séptima Con Bajo en Tercera, Gruñido de Chewbacca y Ruido de Motor de Volkswagen Senda Full Nunca Taxi Ni Patrullero (acorde que Spinetta ha utilizado profusamente a lo largo de toda su discografía) le costó ocho meses de práctica ininterrumpida, además de cuatro fracturas de falanges y varias sesiones de electroshock.

Nueve años después, Horacio manejaba con notoria destreza la parte musical, por lo cual Willie avanzó con la enseñanza de las letras. El joven se mostró curioso:

- Maestro, ¿cómo debo hacer para escribir esos versos tan bellos y complicados?
- Mirá pibe -dijo Quiroga, que estaba medio harto de la ineptitud de su discípulo y ya había abandonado todo atisbo de formalidad. -El yeite es éste: vos agarrate tres libros de cosas raras y bien distintas. Ponele: un tratado de anatomía, uno de filosofía y uno de arte plástica. Entonces lo que hacés es sacar una frase de cada uno, las vas pegando y te armás una canción. Fijate.

Willie manoteó de su biblioteca los textos antes mencionados y recitó:

"El esternón,
y la angustia existencial del no-ser
pintan la luna al oleo
mientras el niño tose
y la voluntad oprime al ideal,
los colores fluyen y se mezclan entre sí".

"¿Entendés?", dice el sensei. Y Horacio replica que sí, que más o menos la ve, que le va a costar un poco pero le va a agarrar la mano.

Doce años más tarde, Horacio logra dominar la técnica y graba su disco debut Contagiándose la mononucleosis del otro. Aunque ningún periodista entiende una sola palabra de lo que dice en sus canciones, absolutamente todos lo aplauden por las dudas. La gente acompaña y el éxito por fin golpea a su puerta: el álbum vende trece millones de copias y Horacio se muda a una mansión sobre la playa en San Bernardo, con una piscina olímpica que hace llenar de agua de mar e inmediatamente después vaciar porque "es una boludez... si el mar está ahí nomás".

Las groupies golpean a su puerta incesantemente. Para venderle, los dealers tienen que hablar primer con Pago a Proveedores. Paul McCartney se hace fan suyo en el Facebook. Todo lo que alguna vez soñó está en sus manos, pero -como bien dijo el Hombre Araña- grandes poderes implican grandes responsabilidades. A la hora de componer los temas para su segundo trabajo, la inspiración se ausenta y sólo logra escribir un bodrio tras otro. Frustrado, pone el último de Coldplay y dice: "¡Esto sí que es buen disco!". Entonces, una idea polémica pero muy tentadora comienza a sobrevolar su mente: ¿Podrá robarse algunos temas, cambiarlos un pocos, firmarlos como propios y salirse con la suya? El dilema moral es grande, pero sus canciones son más asquerosas que cucharada de pus, y el plazo establecido por su discográfica está a punto de expirar. ¿Qué podrá hacer?

Tercer capítulo:

Así como la pérdida del amor de su vida en manos de un paladín del rolinguismo ortodoxo lo llevó a jurar que podría ser cualquier cosa menos un chabon rocker, la ética de trabajo y honestidad que sus padres Héctor e Hilda le inculcaron hizo que Horacio se negara rotundamente a robarle a Coldplay, pese a la tentación. No obstante, al darle a leer las letras de las canciones que tenía compuestas ("pídeme la luna te la bajaré / pídeme 50 para el papel / pero no me pidas que no venga más / porque Independiente es una enfermedad", decía la más inspirada de ellas) a su maestro Willie Quiroga, éste le aplicó un sonoro soplamocos y le señaló, con serenidad zen: "Pibe, sos bastante pelotudo". A chorear se ha dicho, entonces.

Así fue como "Cemeteries of London" se transformó en "Chacarita", "Life in Technicolor" se rebautizó "ATC" y "Violet Hill" se acortó simplemente a "Violeta", generando así el único caso de plagio simultáneo a Coldplay y Alcides del mundo. La estructura musical de las canciones era prácticamente la misma, aunque se tomó la molestia de cambiar las guitarras eléctricas por charangos para que no se notara tanto. El disco, titulado Eso, Eso, Viva La Vida, Yo Lo Vengo Diciendo Desde Hace Rato se grabó en quince minutos y fue editado por Gordo Feo Records, su propio sello discográfico.

Más desconcertada que nunca, la crítica especializada se deshizo en elogios por si acaso, e inmediatamente después procedió a cambiar sus copias en Parque Rivadavia por piratas de Banda de Turistas. Con tan impulso, el LP vendió 142 millones de placas en todo el mundo, fue número uno en lugares tan disímiles como Ruanda, Suiza y Lanús y así Horacio finalmente cumplió el sueño de todo músico: ser entrevistado por Diego Mancusi para Rolling Stone.

Fue entonces cuando una alarma comenzó a sonar en la coldplaycueva: el copiómetro detectó el choreo y liberó al plantel de abogados especialmente entrenados para este tipo de casos. La demanda no se hizo esperar: Chris Martin pidió como resarcimiento 87 millones de dólares y se negó a aceptar Ticket Canasta. La justicia dictaminó a favor del grupo británico, pero poco después éste perdió todo el dinero en un juicio por plagio a manos de Radiohead, y éstos a su vez debieron entregarlo por idénticas razones a Pink Floyd, y así la plata fue pasando de grupo en grupo por demandas de plagio sucesivas hasta que recaló, lógicamente, en los Beatles. Con los 87 millones de dólares de Horacio, Yoko Ono se compró una escobilla de baño de oro y zafiros y un sanguche de panda.

Humillado y en la ruina, Horacio perdió el favor de la crítica y del público. Su siguiente álbum Vayanse Todos a La Reputa Madre que Los Parió no tuvo el éxito esperado: fue directamente a la batea de ofertas, y así y todo vendió menos que el disco que grabó la hija de Moria Casan haciendo covers de Rammstein.

Ya sin la ayuda de su sensei Willie Quiroga (quien también le había hecho juicio por 32 años de clases impagas), Horacio pensó en quitarse la vida, pero llegó a la conclusión de que el suicidio era demasiado bueno para él, por lo cual eligió un destino peor: el tributo a Arjona. Hoy, Horacio se gana la vida tocando covers del monstruo guatemalteco en el bar "La depresión" de San Telmo. Cada tanto alguien lo reconoce y le calza un bife, y así él rememora, con lágrimas en los ojos y hielo en las hematomas, los años en los que supo ser un rockstar con fama, mujeres, dinero y una mansión en San Bernardo.
FIN.


Hecho por Diego Mancusi.

Fuentes:

http://www.rollingstone.com.ar/weblogs/poplife/nota.asp?nota_id=1083084 http://www.rollingstone.com.ar/weblogs/poplife/nota.asp?nota_id=1083630 http://www.rollingstone.com.ar/weblogs/poplife/nota.asp?nota_id=1084378[/spoiler]
"Quien te lastima te hace fuerte, quien te critica te hace importante, quien te envidia te hace valioso, y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor, tienen que soportar que te ocurra lo mejor"