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ARTE - LITERATURA - CINE => Literatura => Textos Propios => Mensaje publicado por: David Gómez Salas en 28 de Septiembre de 2017, 08:56:48 PM

Título: Tuve un amigo
Publicado por: David Gómez Salas en 28 de Septiembre de 2017, 08:56:48 PM
Tuve un amigo... Por David Gómez Salas
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Fuimos vecinos en Barrio Nuevo en mi querida Tapachula y doy gracias a Dios por haberlo conocido; en aquella época de  vecinos, apenas nos saludábamos cuando él pasaba por la calle, en su bicicleta.  Sin embargo 30 años después me pude dar cuenta que mi vecino era una persona que traía en la sangre, en sus huesos y en el alma; las virtudes de honestidad, lealtad y solidaridad. 
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Resulta que en una ocasión hice un proyecto para cancelar una pequeña planta de tratamiento de aguas residuales que no funcionaba y que en lugar de reconstruirla era más conveniente enviar las aguas residuales de esa planta al sistema de alcantarillado de la ciudad, para que fueran tratadas junto con otras en una gran planta de tratamiento de mucha mayor capacidad.  Es una solución frecuente, porque es más barato operar y dar mantenimiento a una planta de tratamiento grande, que operar y dar mantenimiento a muchas plantas pequeñas.
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Así que las autoridades decidieron demoler la plantita con capacidad para tratar dos litros por segundo de aguas residuales y en su lugar construir dos cárcamos de bombeo y una línea de alcantarillado para interconectar estas aguas residuales a la red general de alcantarillado de la ciudad que llevaría esa aguas a una planta de tratamiento con capacidad para 300 litros por segundo, es decir, 150 veces más grande.
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En aquella época existía un programa gubernamental para hacer obra pública llamado Solidaridad mediante el cual se construían obras en que la población aportaba el 50% del dinero y el gobierno aportaba el otro 50%. El programa se llamaba peso por peso, o algo así. El gobierno es mejor para bautizar sus programas que para llevarlos a cabo.
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Como cualquier proyecto de obra se realizaron todos los cálculos de ingeniería, planos, especificaciones técnicas, catalogo de conceptos y presupuesto.  El proyecto fue sencillo y  representaba un costo aproximado de 1,600 millones de pesos viejos. Cuando el peso no valía nada. Pues años después; mil de esos pesos, se volvieron apenas un peso. Le quitaron tres ceros al peso, dijeron.
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El gobierno llevó a cabo la licitación y ganó el concurso una empresa que había cotizado 3,200 millones, es decir el doble de lo que yo había estimado en mi proyecto. Lo cual significaba que la población aportaría 1,600 millones, que era lo que realmente costaba realizar esa obra. Ante esta acción, no podía hacer nada. Mi trabajo terminaba al entregar el proyecto y el gobierno decidía quien lo construía y el precio a pagar.
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Las empresas que concursaron y no ganaron se inconformaron porque muchas de ellas habían presentado propuestas más económicas y habían sido descartadas sin razones técnicas válidas.
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A través de mi Gerente, los funcionarios me solicitaron verbalmente que modificara el presupuesto que había elaborado en el proyecto entregado, me negué.  Yo tenía un ejemplar completo del proyecto entregado y una carta de entrega en donde describía el contenido del proyecto, el número de páginas de cada capítulo, listado de planos, etc. Todo a detalle para que no pudiera ser modificado.  Mi negativa me causó innumerables problemas. El límite fue la imaginación de los conspiradores.
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Llevaron unos cuantos planos a los vecinos y les dijeron que mi proyecto estaba incompleto, un vecino me llamó por teléfono y acudimos a presentar el proyecto completo.
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Los funcionarios del gobierno contrataron un "Perito" quien dijo que había detectado la posibilidad de que los cárcamos flotaran cuando estuvieran vacios y subiera  el nivel del agua subterránea.
Acudimos a una reunión en la que participaron funcionarios del gobierno local y de otras dependencias. La demostración fue muy simple, porque hay que calcular el peso del tanque vacío y si pesa menos que el empuje del agua en que estará sumergido, el tanque flotará; si pesa más que el empuje  del agua en que estará sumergido,  es imposible que flote.
El tanque de concreto vacío pesaba mucho más. Además para garantizar que el tanque no flotara, el tanque se construyó con dentellón exterior perimetral en la parte baja, sobre el cual se colocó un relleno de rocas, de esta manera el tanque quedó anclado por la parte inferior y para levantar el tanque había que levantar el volumen de roca existente en la zona perimetral.
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Todas las intrigas sobre aspectos técnicos fueron disueltas, se pidieron dictámenes del proyecto eléctrico, estructural y todo quedó homologado.  Han pasado más de 25 años de que se construyeron esos tanques y en todo ese largo tiempo se han presentado lluvias torrenciales y huracanes; el tanque nunca ha flotado un milímetro ni sufrido movimiento alguno, aquellas intrigas suenan ilógicas, pero en aquellos años provocaban dudas en los inexpertos.  Palabras y acción que envuelven mala intención, la insidia.
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Una vez que ya no hubo dudas técnicas, vinieron actos de intimidación por parte de los funcionarios del gobierno. Un día me llamó por teléfono un amigo para avisarme que me atacarían e través de la prensa local; así que decidí acudir a mi amigo de barrio, de infancia Marco Aurelio Carballo que entonces ocupaba el cargo de Jefe de Redacción en la revista Siempre!
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Le llevé copia del proyecto, cartas, dictámenes y fotografías. Marco Aurelio me pidió una fotografía y publicó en la revista Siempre! una nota sobre mi labor a favor del cuidado del ambiente, en una sección de la revista llamada "figuras de la semana" en el mismo número en que el Gobernador publicaba una nota sobre su informe anual de Gobierno. 
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Aunque la nota que publicó sobre mí era totalmente ajena a la intriga del cárcamo, la nota fue muy efectiva. No lanzaron su campaña en mi contra, supieron que no estaba solo. Que tenía un valioso amigo.
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Diez años después decidí escribir cuentos y no solo escribir para mí, pues mi intención fue enviar esos cuentos, los primeros que escribía en mi vida, a un Concurso Nacional llamado Mi primer libro. Fueron cinco cuentos que agrupados con el título "Decisiones de alto riesgo", género novela corta, cuentos y ensayos.
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Era una aventura audaz. A partir del momento de inscribirme al concurso tenía un plazo de dos meses para escribirlos; todo estaba en mi mente. De nuevo acudí a mi amigo de barrio, de infancia...  abusaba de su bondad y paciencia.
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Marco era Premio Nacional del Cuento y entre otras actividades impartía un taller de narrativa, así que me envió una guía que contenía recomendaciones fundamentales, algunos vicios que deben evitarse,  puntos de vista de Stephen King, los diez mandamientos de Stephen Vizinczey, el mejor oficio del mundo de Gabriel García Márquez, el ideario estético de Robert Louis Stevenson y bibliografía.
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Escribí cinco cuentos: Frente al delincuente, Las palabras sobran, Desde el pantano, La trampa de diablo y Cortina de humo.
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Marco leyó los tres primeros y me dio valiosos comentarios y observaciones, me causó alegría que le gustaran. Me levantó el ánimo y hasta llegue a soñar que sería fabuloso ganar un premio a la primera vez.  Si un escritor debe tener, entre otras cosas, fantasía; esa condición  la cumplía.
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Me recomendó escribir en primera persona porque es más intenso relatar los hechos como vividos que como un narrador omnipresente. En su guía Marco recomienda tomar como base para  un cuento alguna experiencia propia así se tiene la certeza de que el cuento no se parecerá  a los de otros autores. Claro que se puede escribir de todo, con mucha imaginación; sin importar que a otros escritores se les ocurran las mismas ideas.
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Marco recomienda en sus notas, no usar la sintaxis retorcida, ser cuidadosos con el uso de las metáforas, analogías, tiempos de los verbos, uso de preposiciones, palabras rebuscadas, cacofonías, aliteraciones, sinalefas, lugares comunes, frases hechas, ritmo atropellado, abuso de adjetivos y adverbios. Recomienda ser preciso en el uso del lenguaje y saber distinguir entre un vocabulario amplio y el lenguaje rebuscado. En fin sus  notas y consejos me resultaron muy valiosos. Y sobre todo me recomendó leer, leer, leer y leer; me dio un listado de cuentos y novelas. Los leí.
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No es fácil encontrar un amigo que de su tiempo con tanta bondad, como lo hizo Marco. Y que fortuna, para mí, que Marco creyera en mi honestidad, a pesar que había pasado casi 30 años de no vernos. 
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Marco falleció el primero de agosto de 2015 y lo albergo en mi corazón. Lo recordaré toda la vida.