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Está puede ser tu historia...

Publicado por fuli, 01 de Abril de 2016, 10:53:23 AM

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fuli

Tamara era una chica tranquila, a los ojos de los demás era muy desinhibida y divertida, tenía un montón de amigos pero eso no le garantizaba a Tamara que no se sienta sola. Nadie nunca podría entender que existía el sentimiento de soledad en Tamara. Siempre tan graciosa, tan linda, tan amable y rodeada de amigos, pero cuando entraba a su casa y todo eso terminaba, Tamara, se sentía sola. Vivía en un moderno dpto. en el barrio de Palermo, trabajaba bastante y en sus ratos libres siempre iba a tomar algo con algún grupo de amigos. Pero todo el tiempo del día que Tamara tenia libre y pasaba en el trabajo o con los amigos no garantizaban que cuando llegaba a su casa no aparecería esa tan amarga soledad que le quemaba hasta los huesos.
[/size]Un domingo cualquiera, aburrida, fue a visitar a su hermana a quien hacia bastante no veía. Susana y Tamara se llevaban muy poco tiempo y eso había hecho que en su infancia sean muy compañeras, pero de adultas Susana se había casado y vivía en las afueras de la ciudad.
Después del almuerzo y del café, Susi invito a Tamy a una feria que habría esa tarde en una plaza cerca de su hogar... Tamy acepto gustosa la invitación... salir, caminar, distraerse le iba a venir perfecto para tomar aire y poder chusmear con su hermana. Tamara no sospechaba que en esa feria iba a ver algo que le cambiaría su vida para siempre.
Caminando por la feria, mirando los puestitos, en uno ellos, Susi y Tamy ven un pequeño perrito dentro de una jaulita, apenas podía moverse y tenía cara de estar muy triste. La primera que noto al pequeñito fue Susi y se lo mostro a Tamy sugiriéndole que sería una buena compañía para ella. Tamy lo dudo, ya que casi nunca estaba en su casa y el perrito estaría muchas horas solito. Pero esos pequeñitos ojitos tristes la miraban con ternura. Susi pregunto si lo regalaban y el muchacho del puesto le contesto que lo vendían en 100 pesos... Esa respuesta perturbo más aun a Tamy quien miro en sus bolsillos y solo tenía 20 pesos ya que no había llevado a la feria su cartera. Susy también hurgó en sus bolsillos consiguiendo apenas unos 15 pesos que le habían sobrado después de haber gastado en unas ofertas que encontró en otros puestos. Tamy se puso triste... capaz entre que iba y volvía a la casa de su hermana alguien se llevaba al perrito triste o el vendedor se iba. Susi al ver triste a su hermana le pregunto al vendedor si se lo dejaba por la plata que juntaron, la respuesta no se hizo esperar. Grande fue la sorpresa de las hermanas al descubrir que la respuesta era afirmativa. El corazón de Tamara saltaba de felicidad ya que salvaría a ese perrito de la tristeza que lo invadía. Lo que nunca imagino es que ese perrito la estaba salvando a ella de la soledad en la que estaba metida.
Volvieron caminando las dos hermanas con el perrito con cara de susto aúpa. En la casa de Susana los ojitos del pequeño habían tomado otro color. Color a saber que ya no estaría más triste. Todos sabemos que los perros son muy perceptivos a conocer las sensaciones de los humanos. Por eso el pequeño sabía que sus días de tristeza habían terminado. La que todavía no caía era Tamara.
Esa noche, ya en el dpto. de Tamara le puso un almohadón de su divino sillón en el piso al perrito para que durmiera, un tachito con agua y un platito con arroz con carne que le preparo con amor. El perrito lloraba porque no quería dormir solo, Tamara cometió el error número uno... o seria el acierto número uno? Lo subió al perrito a su cama. Él se acomodó cerquita de ella y durmieron juntos toda la noche...
Creo que al despertar Tamara comprendió todo... Sabía que nunca más estaría sola nuevamente... que ya tenía un compañero de vida a quien cuidar y quien la cuidaría a ella...
Hoy, pasaron casi 5 años de ese día donde en un puesto de feria Tamara y el perrito cruzaron sus miradas por primera vez. Hoy, después de casi cinco años Tamara comprende que ella no lo salvo de la tristeza al perrito, sino que el la salvo a ella de la soledad.
Dicen que nosotros no elegimos a los perros, ellos nos eligen a nosotros, ellos, son tan perceptivos que saben cuando alguien los necesita y te miran con sus ojitos tristes para que lo adoptes.
Esta historia puede ser la tuya, o la de tu hermana, tu amiga, tu vecina o simplemente alguna conocida... todos podemos ser Tamara... todos podemos ser salvados de nuestras miserias si permitimos que nos salven... Los perritos son tan nobles que ellos solamente tienen amor incondicional para darnos...
Por eso... si te sentís solo busca un perrito que también esta solito y triste... y nunca mas vas a volver a sentir soledad...
No hay mas miedo del que se siente cuando ya no sientes nada...