La escena

[Agni]

 En esta ocasión no habría un desenlace grandilocuente, no habría aplausos ni un telón aterciopelado polvoriento cayendo en el escenario. Hoy no. El show no debía continuar. El espectáculo sería truncado por el impacto violento de una escena en particular. Nadie la conocía, nadie la esperaba. Pero el actor hacía tiempo que la ensayaba.
Avanzó con pasos tímidos en medio del tablado crujiente de madera árida hacia ella, que expectante preguntaba con su mirada "Me has perdonado?". Alzó su voz y la música vibró. Adoraba ese instante en que el público inspiraba al únisono con toda su atención puesta en él.
Se esmeró por hacer de esa escena operística la mejor, la que lo inmortalizara, aquella que mañana se reproduciría en los medios con un elogio en su nombre.
Desplegó su encanto como un pavo real meneando su capa bajo las luces. Y cuando el público encandilado absorbía para simple movimiento, lo hizo. Tomó el arma que debiera haber sido de utilería y la utilizó. Una vez. Dos veces. Tres veces.
No habría clemencia para la traición. No habría perdón para la venganza.
El público dudó, real o actuación? Y cuando la sangre manó del corazón que había latido sólo por él en una plena entrega, exhaló. Se arrojó a su lado intentando devolver esa sangre al cuerpo inerte. Trató de encontrar la luz en la mirada de quien lo había amado alguna vez, pero ya no estaba allí. Y en un acto de autocompasión colocó el arma en su sien... En su mente lo había realizado varias veces.

Pero allí, en el silencio del auditorio tembló y se acobardó. Una fracción de segundo y toda la agonía terminaría. Todo el dolor desaparecería. Pero también todo recuerdo de ese amor clandestino, de esos minutos robados en los pasillos, de la indecisión de ella, de la frustración de él.
Su rival surgió entre las sobras del entretelón. Iracundo, furioso, con el puño en el aire. Lo ejecutó sin miramientos. Ladrón. Opresor. Había sido el único obstáculo entre ellos y ya no existía.
Bajó el arma y aguardó que la multitud lo sujetara. Que el caos lo golpeara. Cerró los ojos. Suspiró.
Levantó su mirada.
"Me has perdonado?".  La contempló allí sentada y comenzó a entonar la melodía. El público inspiró.
"Me has perdonado?". Si el dolor desaparecía también el recuerdo de la felicidad. Podía esperar una ópera más. Tal vez mañana. Hoy, solo cantaría.

[Uni Azul]

 :O_o:

Merda!!! Que fuerte!!!

Me gustan las cosas que me hacen aguantar la respiración, gracias  :studying:

[Agni]

Gracias UNIIIII

me pasa que a veces necesito hacer verborragia escrita y disfrutar del serpenteo en el teclado sin sentido a ver a donde me lleva solito el tema, ni yo misma se que final puede tener =)